
Queridos lectores,
Para celebrar el mes de la poesía, hemos escogido el libro El Flamboyán amarillo escrito por la poeta puertorriqueña Georgina Lázaro e ilustrado por la galardonada autora e ilustradora Lulu Delacre. Este libro también cuenta con una versión en inglés llamada The yellow flame tree, ambas fueron publicadas por primera vez en 1996 y reeditadas en el 2016.
Este hermoso poema nos cuenta la historia de una madre y su hijo quienes, maravillados ante la belleza de un árbol conocido como Flamboyán amarillo, deciden compartir un momento y meriendan bajo su sombra. Tanto el lenguaje poético como las ilustraciones hechas en pastel seco pintan para el lector una imagen tierna y nostálgica a la vez que nos muestran la niñez del protagonista.

Esta historia no nos muestra solamente la belleza de un árbol único, si no el amor maternal y la importancia que nuestra “primera maestra” tiene en nuestras vidas. Puesto que el niño, no solamente encantado con el color del árbol, si no con la admiración que su madre muestra ante la naturaleza, decide recoger una semilla y plantarla en una maceta en su casa.
De cierta manera, el árbol era un personaje más en la casa de los personajes y bajo el cuidado del niño y las instrucciones de la madre, la planta crece hasta convertirse en un árbol. Con paciencia y mucho cuidado el árbol crece durante años a la par del niño. De esta manera se muestra un profundo amor hacia la naturaleza por parte de la autora que va de la mano con la idea de la importancia que hay en inculcar a los niños el respeto y la valía que hay en ella.
Este es uno de los puntos que la autora recalca en una nota al final del libro, una de las semillas que ella ha plantado en este libro, es la esperanza de que los lectores descubramos “la poesía que hay en la naturaleza” y que se despierte en nosotros “el deseo de cuidarla.”

Un día se cumple el sueño de los protagonistas y el árbol florece. Al final, para sorpresa de todos, el flamboyán en su jardín no es color amarillo si no rojo. De acuerdo a la autora, esto se debe a el material genético del árbol. En Puerto Rico hay varios Flamboyanes amarillos de color rojo, algo que la ilustradora puso cuidado en no develar en sus ilustraciones. Delacre quería mostrarnos el paisaje de la isla, pero dejar para el final del libro este detalle para que sintamos la sorpresa que sintió el niño. Una sorpresa que nos muestra que aunque nuestros planes no siempre funcionen como los ideamos, no los hace menos bellos ni menos valederos.
Este poema aparentemente sencillo, contiene varios regalos para los lectores que se van develando a lo largo del libro. El amor maternal, la historia de un árbol común en ciertas áreas de Latinoamérica, y la importancia de compartir proyectos y momentos con los niños e inculcarles respeto y cariño hacia la naturaleza. De igual forma, la historia nos incentiva a buscar más información sobre el árbol y sobre los paisajes de Puerto Rico.
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-Para más información sobre la ilustradora, visite su página oficial
Nos vemos pronto,
Carolina